Detalle de la opinión
Demasiado ruido.
Lo que prometía ser una feliz noche en pareja se transformó en un infierno por obra y gracia de una música-disco absolutamente detestable y que impide poder hablar con la persona que te acompaña salvo que sea a gritos, cosa que todo el mundo que está en el interior del local debe hacer, con lo que se acaba convirtiendo en una casa de locos. No entendemos la falta de visión comercial el obligar a la gente que acude al café a estar como en una tortura sin escapatoria. A pesar de haber solicitado que se bajara el nivel del volumen a los empleados de la empresa y estos hablar con la responsable del infernal aparato acústico no logramos absolutamente nada. Enfermar de los nervios. Menos que después, durante el espectáculo, recobramos parte del bienestar que fuimos buscando cuando elegimos Mamajuana Café. Hasta que no nos aseguren un mayor respeto para los clientes no creo que volvamos al sitio.